Gabriel González
Panamá
Yo no soy un pintor abstracto, yo trabajo con la abstracción, como también con los otros dos caminos por donde transita la imagen que son lo simbólico y lo representacional. Procuro imágenes que son arquetipos, la casa, la escalera, la esfera…para decir determinadas ideas soportadas por lo pintado. La pintura para mí es un medio importante, yo diría que casi mágico para estos fines. Todo esto lo hago a través de un lenguaje expresionista, ha sido siempre una creencia mía hacer vibrar las imágenes a partir de esos rasgos, y hablo de esto desde Turner, Velázquez o Goya hasta nuestros días; eso siempre ha estado conmigo, como decían mis compañeros de estudio: tu pintura es más jorobada, expresiva, emocional.
Para mí lo más importante es la idea, por eso ningún cuadro se parece al otro, no hago un tipo de obra en la que se repite una imagen en varios soportes, no me interesa desarrollar una secuela infinita derivada de un concepto…sino que cada cuadro carga una idea especifica. Esto hace que mis piezas muchas veces no tengan similitudes más que esas que le pone uno como pintor, ese sello que se va consolidando con el tiempo.
Gabriel González (Panamá, 1978) es conocido por sus pinturas a gran escala, ricamente texturizadas y de vivos colores.
Gabo ha descubierto un poder emotivo dentro de la crudeza esencial de los materiales que utiliza para ejecutar sus pinturas.
Centrándose en la exploración material, el gesto creativo y la conexión espiritual entre el artista y su trabajo, Gabo busca trascender las barreras conceptuales. Deja muchas de sus pinturas sin título con la intención de eliminar cualquier predisposición o conexión más allá de la existencia inmediata de la obra. De esa manera, la obra en sí misma se convierte en un recuerdo y una reliquia simbólica de la conversación del artista con la materia prima que trajo la pintura a la creación.
Las influencias de Gabo van desde el arte informal, así como los artistas Antoni Tàpies y Jean Dubuffet, y maestros coloristas como Willem de Kooning, Mark Rothko, sin dejar de lado los tonos vibrantes de su herencia nativa.
Gabriel González vive y trabaja en Panamá.